domingo, 17 de febrero de 2013

DJANGO DESENCADENADO (Quentin Tarantino, 2012)

La D es muda ¡paleto!


      Supongo que sólo era cuestión de tiempo que Quentin Tarantino hiciera una película del oeste. Ya había hecho películas de gangsters modernos, con sus atracos y su trapicheo con drogas, películas de chinos, con su kung-fu y sus katanas, una película de de coches y carreras al estilo setentero,... incluso una película bélica. Pero claro, en el caso de Tarantino no iba a ser un western clásico, poético y heroíco, ni un western crepuscular al estilo de Eastwood: tenía que ser un spaghetti western, sucio,  violento, cutrecillo, exagerado,... que al fin y al cabo es el estilo de cine que le mola.

     Y eso es Django desencadenado: un spaghetti western actualizado, que se desarrolla en tiempos de la esclavitud, pero que en vez de ser una coproducción hispanoitaliana rodada en Almería con actores poco conocidos es una superproducción repleta de estrellas de Hollywood.



     La historia es sencilla: un par de años antes de la Guerra Civil americana, un cazarecompensas que se hace llamar Doctor King Schultz recorre el oeste buscando a uno de sus objetivos, pero para localizarlo necesita de la información que le puede dar un esclavo, Django, así que lo compra,... y lo libera (de ahí lo del “desencadenado” del título) en parte porque le repugna la idea de la esclavitud, en parte porque se encariña con él y en parte porque Django demuestra un don innato para el trabajo que él hace.

    Así que se convierten en amigos a la par que en socios en el trabajo, porque como se dice en la película.
“-Django, ¿te gustaría el negocio de cazarecompensas?

- ¿Matar blancos y que te paguen por ello? ¿A quién no le gustaría?”
      Nuevamente, Tarantino bebe en las fuentes (o en los charcos, según se mire) del cine que le gusta y que veía cuando era joven, no tanto para hacer un remake, sino para tomar “prestados” elementos de películas setenteras serie Z (o menos) que abarrotaban  estanterías de viedoclubs como las del sitio en el que trabajó de joven, e inspirarse para hacer esa amalgama tan particular que él acostumbra.

      Si Reservoir Dogs se inspiraba lejanamente en City on Fire (película Hongkongesa de 1987), las dos entregas de Kill Bill en Lady Snowblood y su segunda parte Lady Snowblood 2: Love Song of Vengeance (japonesas de 1973 y 1974), Malditos Bastardos tomaba elementos de Aquel maldito tren blindado (titulada en USA The Inglorious Bastards, italiana de 1978), Jackie Brown los tomaba de Coffy (1973) y Foxy Brown (1974), o DeathProof lo hacía con Punto límite: Cero (de 1971), en el caso de Django desencadenado, la referencia en la que se inspira para expoliar estilo y hasta título es una serie de una docena de spaghetti westerns italianos de finales de los 60 y principios de los 70 centrados en el personaje que da título a la película, y que comienzan con Django, de 1966 protagonizado inicialmente por el actor Franco Nero. De hecho Nero hace un pequeño papelito, un cameo, en la película de Tarantino: es uno de los apostadores en la pelea de mandingos en el club de Calvin Candie.

      Y nuevamente vuelven a mezclarese elementos de western italiano setentero, con cine japonés, porque al parecer en 2007 Takashi Miike rodó un remake de la película italiana, que se tituló Sukiyaki Western Django, y en el que participaba el propio Tarantino como actor. Como suele ser habitual, para aparecer también en sus propias películas, nuevamente Tarantino mete un papelito que interpreta él mismo.

      La película tiene todo lo que te puedes esperar del cine de Tarantino. En ese sentido ya sabes lo que vas a ver: es grosera, excesiva (acumulando cadáveres en la escena de Candyland, por ejemplo), sangrienta (con salpicaduras bien visibles de sangre falsa), desmesurada hasta casi rozar la parodia, violenta (con esa violencia gratuita y exagerada tan característica de Tarantino y que molesta a algunos, pero al fin y al cabo ya sabes a lo que vas si vas a ver una de Tarantino ¿no?), con toques de diálogos graciosos (no os perdáis la escena del asalto, con la cuadrilla preparándose y los sacos para cubrirse la cabeza con agujeros para los ojos), chispeante y larga... las películas de 100 minutos no están hechas para este hombre.


      Una de las grandes bazas de la película son los actorazos que reune en papeles secundarios, desde el protagonista (Jamie Foxx) hasta Leonardo Di Caprio, que interpreta al malo, Calvin Candie, pasando por  Don Jonhson (Big Daddy) y sobre todo Steven, interpretado por Samuel L. Jackson, que hace un papelón destacable.


     Puede que le falten algunos de los diálogos memorables al estilo del de Like a Virgin y Madonna en Reservoir Dogs, o el del cuarto de libra con queso de Pulp Fiction, pero aunque ninguno llegue a esa altura, ni vaya a pasar a las antologías del cine, el caso es que están ahí, quizás más diseminados, esparcidos por toda la película como pildoritas y ocurrencias humorísticas más cortas, como esta que podría estar sacada de una peli de Harry el sucio:
“-He contado 6 balas, negro.”

"-Y yo he contado 2 armas, negro.”
O por ejemplo:
[Schultz] -Y ¿dóde está Ellis?
[Django] -Es el que va como una bala por el campo de algodón.
[Schultz] -¿Tajante?
[Django] -No estoy seguro.
[Schultz] -¿No estás seguro de si es tajante?
[Django] - No conozco esa palabra.
[Schultz] -Significa que estás seguro.
[Django] -Sí
[Schultz] -¿Sí qué?
[Django] - Sí, estoy seguro de que es Ellis Brittle.
[Schultz dispara y Ellis cae al suelo muerto]
[Django] - Es tajante que ha muerto.
     Quizás la película a la que más se parece de su filmografía anterior sea Malditos Bastardos.

     Como en aquel caso es, en el fondo, una historia de venganza, también como en aquel caso están DiCaprio y Christoph Waltz, que vuelve a interpretar a un personaje alemán, y nuevamente -como ocurría en la anterior película de Tarantino- Waltz se come la pantalla cada vez que aparece y le roba todo el protagonismo a Jaime Foxx, que en teoría es el verdadero protagonista de la película, en teoría...

     También como ocurría últimamente, la narración es más lineal que en las cuatro primeras películas de Tarantino, aquí no hay historias paralelas, ni narración fragmentada, ni nada de eso, limitándose simplemente a algún que otro flashback muy cortito, para enseñarte algún recuerdo del protagonista.

     En cuanto a la banda sonora, también es lo que podrías esperar de Tarantino: está formada por temas no
inéditos ni origninales para esta película, con esos abundantes fragmentos de Ennio Morricone o Luis Bacalov que tanto le gustan al director, pero que aquí si que están más que justificados, pues eran compositores habituales de bandas sonoras de spaghetti westers. Aunque también hay canciones de otros estilos (por ejemplo el I Got a Name, una canción de estilo casi contry de Jim Croce o el Freedom, un tema del músico de soul negro Anthony Hamilton), que en este tipo de película me chirrían más que de costumbre. Y de hecho creo que es la primera vez que veo un western que incluye música hip hop (hay algún tema de 2Pac y de RZA). Quizás sea una de las bandas sonoras más flojitas de Tarantino, al menos para mi gusto.

     Otra cosa a anotar en la parte negativa también es la duración, creo que un poco pasada de metraje. Todas las películas de este hombre son largas, eso ya lo sabemos, pero quizás 165 minutos sean demasiados para esta historia, y aunque se esfuerza por mantener el ritmo, para mi hay momentos, en la parte central, en la que baja un poco, pero sólo un poco.

     En cualquier caso es una buena película y muy divertida de ver. No es ni mucho menos su mejor película, pero tampoco es la peor (Death Proof  para mi gusto). Yo la compararía con Malditos Bastardos: si te gustó aquella, probablemente te gustará esta. Tiene todo lo que los fans de Tarantino esperamos encontrar cuando vas a ver un película suya, y si no eres fan ¿para que vas a verla, si ya sabes lo que te espera?






Seldon
(originalmente publicado en El Pobre(cito) Hablador)



3 comentarios:

  1. Me gusta la entrada, y me gustó la película. Me gusta Tarantino...

    Estoy muy de acuerdo con la comparación con "Malditos Bastardos". Y puntualizaría que, aunque es verdad que en los últimos tiempos su narración es más lineal, Tarantino siempre tiene una forma peculiar de narrar las cosas, de forma deslabazada, diría yo: es cómo si dentro de la historia general hubiese muchas pequeñas historias, a veces casi gags, y pierde dirección en la narración. Puede disgustar a algunos por no ser lo habitual y por descentrar, y en películas largas es un riesgo. Pero si te gusta Tarantino aprendes a disfrutar de cada una de esas pequeñas historietas...

    Por lo demás, puntualizaría un error: Franco Nero no hace el personaje que indicas. Hace del segundo apostador en la pelea de guerreros negros en casa de Calvin Candie (Di Caprio), cuando van a verle por primera vez.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, Oli, tienes razón. Gracias por la información: he corregido el error en la entrada.

    ResponderEliminar
  3. Tengo muchas ganas de verla, soy fan total del spaghetti western y si dices que va por ahí ya me matas :D
    Además a Tarantino le pega el género que no veas.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...