lunes, 30 de mayo de 2011

AMELIE de Jean-Pierre Jeunet

Amelie Poulain es una chica que creció bastante sola, con poco afecto familiar y sin amigos, y que, en su soledad, decidió afrontar el mundo desde su imaginación y sus sueños, concibiendo su realidad como un mundo externo ante el que no tiene ninguna opción de rebelarse. Por eso, Amelie lleva una vida en la que sus sueños tienen casi más peso que sus vivencias.
Un buen día, Amelie encuentra una vieja caja de recuerdos infantiles, y decide localizar a su propietario para devolvérsela. Y, emocionada ante la satisfacción que provoca en éste, se lanza a ayudar al prójimo como forma de realizarse en la vida...

Amelie, la película, es un cuento muy bonito y muy bien contado, que además está perfectamente acompañado por una realización tan efectista como efectiva.
Un cuento con final feliz pero que, como cualquier buen cuento, tiene un trasfondo algo oscuro. Pues trata esencialmente de la soledad, analizándola desde diferentes situaciones y contemplándola en diferentes posibilidades: obligadas, sufridas por abandono, llegadas por pérdidas o, en buena medida, escogidas.

Cada personaje de la película tiene sus peculiaridades y unas personalidades más o menos características y peculiares, pero en todo momento se busca que reflejen alguna idea sobre ese concepto de soledad.
Hay quién sin ningún motivo se siente superior al resto, quedándose sólo en sus alturas, y quién está menos dotado y sufre en soledad los abusos de los anteriores. Otros están solos por algún tipo de desamor, o al menos combinan con ello su falta de compañía: son personajes despechados o en ocasiones simplemente deprimidos. También los hay que están solos en su proyecto personal, por el paso de los años, por una vocación artística o por ser buscadores de quimeras. Y los que están solos por sus taras mentales, angustias vitales en forma de hipocondrías y celos, o físicas, que directamente les impiden salir para relacionarse con el mundo.

Ahora bien, dado que la protagonista es la señorita Poulain, son ella y sus motivaciones las que centran la mayor atención de la película.
Y en su caso la soledad es más terrible, pues en buena medida se encuentra sola por voluntad propia, tanto ante el miedo a no ser aceptada por el mundo que la rodea como ante la más que probable posibilidad de que la gente a su alrededor no pueda estar a la altura de sus sueños.
Porque Amelie Poulain es un personaje inmaduro e inseguro, que se nutre de ensoñaciones para rellenar los huecos que quedan en su vida, y que se perjudica a si misma al dejar de cubrir sus necesidades reales con parte de esas ensoñaciones. Y si bien en cierta forma el destino ha jugado en su contra, lo cierto es que ella dispone de herramientas más que suficientes para luchar contra él.

Pero como la película es una comedia romántica que cuenta un cuento destinado a sacar la sonrisa de la gente, no todo puede centrarse en esa soledad y esos defectos de carácter.
Amelie ve como algunas situaciones de su vida y algunas de las personas que entran en ella la empujan a vivir, y no puede dejar de dejarse llevar por esa corriente.
Porque al final, uno ha de arriesgarse a sufrir viviendo si quiere ser verdaderamente feliz. Y porque en realidad, nadie puede huir eternamente de la vida.

Poco a poco va transformándose de un personaje que observa a otro que actúa.
Primero asumiendo un destino, hacer feliz a los demás, aunque de forma anónima, sin atreverse a mostrarse como la benefactora que en realidad es.
Y luego, por fin, después de muchas dudas y varios intentos, y tras atreverse a vencer sus miedos (empujada de nuevo por alguno de sus amigos), es capaz de ayudarse a si misma y encontrar aquello que necesitaba para ser feliz.




En cuanto al fondo de la película, hay poco más que decir, así que pasemos a los aspectos formales más llamativos.

Lo primero, se nos cuenta la historia a través de un narrador omnisciente que acentúa la sensación de estar ante alguna suerte de fábula, y que resulta muy efectivo para realzar cierta sensación de magia que está siempre presente en la concatenación de los hechos mostrados.

Por otro lado, la fotografía de la película está muy basada en tonos ocres, salpicado de vez en cuando por objetos de color azul brillante que resultan muy llamativos (de hecho, podría pensarse que hay algún sentido oculto detrás de esos objetos marcadamente azules, pero no he sido capaz de encontrárselo).
Es una fotografía en un color bastante oxidado que se aferra mucho a la tierra. Si no fuera una película eminentemente cuidadana, casi parecería escogida para dar una sensación de realidad y crudeza. Combina muy bien con el choque entre sueños y realidad que propone la película. Y también con el resto de la escenografía escogida, que tiende a dar un barniz envejecido a todo el conjunto pese a estar la película ambientada en la actualidad.
En cualquier caso, tanto esa fotografía como la escenografía son características bastante habituales del cine de Jean-Jacques Jeunet, que también se caracteriza por el tono fantástico de sus historias, e igual son más un mero acompañamiento "por defecto" que una búsqueda de un condicionamiento especial de la historia.

Los actores dan muy bien con los diferentes papeles con los que les toca lidiar, empezando por la propia Audrey Tautou, todo un descubrimiento en aquel momento para los aficionados que no seguimos demasiado el cine francés. Pero casi que me quedo con Serge Merlin, en el estupendo papel de monsieur Dufayel.


Creo que se nota que en algunos casos son actores típicos de las películas de Jeunet, y se deja ver el gusto por el proyecto.

Por último, otra de las características más llamativas de la película es su música, que casi parece un folk parisino de lo que huele a esa ciudad. Acompaña muy bien el desarrollo de la historia, y resulta muy evocadora, ayudando a generar la sensación de fantasía que caracteriza a la película.

Personalmente, Amelie me parece una muy buena película, muy entretenida. Puede que resulte demasiado "dulce" y benevolente, pues incluso viendo tanto peso del tema de la soledad en ella, procura no hacerse nada dura. Pero tampoco engaña; es lo que pretende, y muchas veces eso es precisamente lo que nos apetece ver.
Sin que esté entre mis películas favoritas, sin duda la recomendaría a cualquiera, y creo que alcanza sin problemas el 8.

Imágenes extraídas de Filmaffinity, www.peliculas.info y lelapinamoreux.wordpress.com

-OLIGOQUETO-



martes, 17 de mayo de 2011

ABRE LOS OJOS de Alejandro Amenábar


He vuelto a ver “Abre los ojos” que tenía calificada con un 8 en Filmafinitty y hoy le he subido un punto, se queda con un merecidísimo sobresaliente.
Hoy me ha parecido una película perfecta. Hace años cuando la vi me quedé con la sensación de una buena película pero que no dejaba de ser una paranoia fantástica. Hoy me ha parecido más real, lógica y posible que nunca.


Abre los ojos” es un juego de cajas chinas, la realidad dentro de la ficción o la ficción dentro de la realidad, distintos niveles de locura o de cordura. Desde el principio ya nos presenta esa dualidad, en el mismo título “Abre los ojos” está formado por letras dobles unas dentro de otras. Cuando César (el personaje principal interpretado por Eduardo Noriega) recorre Madrid con su coche al principio de la película ve como un grupo está filmando una película, el cine dentro del cine, la ficción dentro de la ficción.
Sofía la chica de la que César está enamorado, estudia interpretación y a la vez trabaja en la calle de mimo, el personaje real pretende ser alguien irreal.
Amenábar nos presenta durante toda la película la dualidad de la persona: lo real-lo soñado, la belleza-la fealdad, lo que somos-lo que queremos ser...
Las cajas chinas se presentan desde el mismo principio:
-abre los ojos: César despierta en su habitación y sale a la calle, la calle está desierta (ver la Gran Vía de Madrid absolutamente vacía es una de las escenas más aterradoras que he visto en el cine), de pronto despierta, era un sueño.
-El final: César se lanza al vacío desde el edificio y de pronto despierta, era un sueño.Abre los ojos.
Entre estos dos sueños, lo real y lo soñado se van alternando, pero no nunca sabemos si lo soñado es lo real o lo real es lo soñado, ahí está el quiz de la historia. El bucle perfecto.

Me han gustado mucho también los actores.En mi opinión Eduardo Noriega está muy bien en sus dos papeles “bello-bestia”, Penélope Cruz, la chica dulce de la que se enamoran los dos amigos (Fele Martínez ya me había gustado en “Tesis”) y Najwa Nimri para mí fantástica, esa chica misteriosa, sensual y aterradora a la vez que puede ser tu mejor sueño o convertirse en tu peor pesadilla. Chete Lera, ese psiquiatra que resulta ser tan víctima como su paciente... realmente me hizo sentir mucha pena por él, muy creíble.

Abre los ojos” me ha parecido perfecta en su planteamiento y resolución, al margen de que hoy en día sea o no posible la tecnología futurista que nos presenta, toda la trama se atiene a las reglas establecidas y no se tambalea en ningún momento. Nos presenta una historia y la resuelve según las propias normas de la historia, en ningún momento “se saca nada de la manga” que no hayamos visto antes y por eso me ha gustado. No juega con nosotros en ese sentido, no esconde nada de lo que no nos hubiera dado pistas antes. Y esto es algo que valoro mucho en las películas que veo. No me gusta cuando un final se inventa sin más, cuando el director nos hace creer una cosa y luego resulta ser otra de la que nos era imposible saber durante la trama. Aquí no, aquí Amenábar nos va dando información que luego hila perfectamente en un final que sorprende pero que resulta lógico.

Amenábar nos plantea también cuestiones interesantes al margen del puro entretenimiento de la película: ¿Nos aceptamos a nosotros mismos tal como somos cuando descubrimos que no somos como queremos ser?, ¿qué pasa cuando no logramos aceptarnos?, ¿está bien intentar cambiar aquello que nos ha tocado vivir al precio que sea?, ¿preferiríamos vivir eternamente un sueño a nuestro gusto o preferimos estar en la realidad aunque ésta nos parezca una pesadilla?...
¡Cuantas veces preferimos vivir una mentira a tener que soportar la verdad!, ¡cuantas veces nos ponemos la máscara ante los demás para ocultar lo que realmente somos!

Vivimos en una sociedad en la que todo es manipulable y alcanzable, donde no queremos que quepa lo feo, lo desagradable, el dolor, el sufrimiento, donde nos creemos dioses y sólo somos...hombres.
¡ABRE LOS OJOS!

-Pulgacroft-

César lo tiene todo, una novia genial que le quiere, amigos, es rico, joven y guapo. La vida le va bien. Hasta que un fatal accidente, provocado por una mala decisión, en el que queda desfigurado lo trunca todo. De repente la vida es insoportable. Tanto que es preferible la muerte, o al menos un sucedáneo de ella en espera de un mundo donde la ciencia médica le sea de más utilidad que la de ahora. Mientras espera puede soñar sin saber que sueña, como un Segismundo moderno, y no sólo eso, puede diseñar un sueño a medida. Así que todo va bien de nuevo, es feliz en su nueva vida virtual. Pero ¿está preparado para la felicidad absoluta y perfecta?, parece que no, su cabeza no puede asimilar que todo vaya sobre ruedas, cree que debe haber algún fallo, que es demasiado bueno para ser verdad. Entonces realmente comienzan los fallos en el programa inducido de sueño, él mismo lo provoca con su falta de fe. Las cosas cada vez se ponen más feas hasta un desenlace abierto a nuestras interpretaciones.

¿Estamos preparados los humanos para la felicidad constante?, Amenábar cree que no y diseñó una historia originalísima para demostrarnos que en nuestra vida deben alternarse los sinsabores con las alegrías, y si no es así, nosotros mismos nos ocuparemos de cambiarlo, aún sin darnos cuenta conscientemente. Desde que disfruté esta maravilla de película uso la expresión “ser un César” como sinónimo de no disfrutar un buen momento parándose a pensar que es demasiado bueno para uno o para ser real.

El director hizo todo perfecto menos una cosa que hacía mal en sus inicios, elegir a los actores. Noriega, Penélope y Fele son tan tan limitados que estropean la peli por momentos. Por eso sólo es un 8.

-Cyllan-






martes, 3 de mayo de 2011

DOGVILLE de Lars Von Trier



Diré ya de mano que a Dogville le he puesto un 9 sobre 10. Me he reconcilado (por lo menos de momento con Lars Von Trier) después de haberme quedado con un mal sabor de boca al haber visto "Anticristo".


Lo primero que destaca al comenzar a ver la película es la puesta en escena, una película sin apenas decorado y sin nigún exterior. Hay tan poco decorado que el pequeñísino pueblo de Dogville se representa pintado con tiza en el suelo. Las no casas no tienen ni puertas ni casi ventanas, todo es transparente y los pocos objetos que hay son sólo los imprescindibles. La voz en off del narrador tiene un tono de fábula o cuento que se hace imprescindible para ir narrando los hechos. Reconozco que en los primeros minutos me costó un poco adaptarme a esta curiosa puesta en escena tan austera (o más) que una obra de teatro. Pero al cabo de poco tiempo estaba tan metida en la historia que ya no echaba en falta ningún atrezzo. Primer acierto de la película.


Von Trier nos presenta la cara menos amable de la condición humana en Dogville tan transparente como las casas del pueblo. Esa condición humana poco amable y miserable con la que estoy totalmente de acuerdo. Dogville no representa sólo a un pueblo americano en los años más duros de la gran depresión, ni siquiera representa sólo a la América más profunda, Dogville es el Mundo, es la sociedad en la que vivían entonces y en la que vivimos ahora y me temo que es la sociedad en la que el Ser Humano vivirá siempre.


He reconocido en esta película alusiones bíblicas: la dulce Grace, impecablemente interpretada por Nicole Kidman (después de ver esta película ha subido unos cuantos puestos en mi lista particular de actrices) llega al pueblo huyendo de sus perseguidores y es acogida como un Jesús en el día de Ramos. Todos muestran su mejor cara para ayudarla y acogerla en su comunidad, pero poco a poco esa amabilidad altruista se va transformando en puro egoísmo, conveniencia e incluso rechazo cuando Grace con sus actos puros les va mostrando sus imperfecciones y defectos.Poco a poco van mostrando esa doble moral (tan americana). Queriendo "recompensar" su acogida en el pueblo empieza a crear "necesidades que no existen", necesidades que más tarde se convierten en imprescindibles y que los habitantes del pueblo se creen en el derecho de ir exigiendo cada vez más duramente. ¿Habrá algo más humano (en el peor de los sentidos) que aquello de dar la mano y coger el brazo?...

El personaje de Tom Edison, interpretado por un estupendo Paul Bettany,(decir que el elenco de actores tampoco tiene desperdicio) muestra tal cantidad de matices que se pasa al ver la película desde a amarlo en un principio hasta el aborrecimiento más absoluto al final. Amable, amigable, compasivo,pretencioso, altivo, pedante incluso, pero lo que es peor: cobarde y traidor. Un judas traidor de Grace y un Pilatos cobarde con su comunidad, capaz de "lavarse las manos" y de ver (que no mirar) las atrocidades que sus convecinos hacen a la mujer que supuestamente ama. ¿Quien no teme las represalias del mundo cuando de escoger se trata entre lo justo y lo establecido?...la condición humana...tal cual.

La envidia es también otro factor mportante en Dogville, varios de los habitantes del pueblo la sienten y sucumben a ella: el marido de la maestra (que no se siente querido como el cree merecer por la propia Grace y la que llega a violar repetidamente), el transportista (que también fuerza a Grace en la furgoneta), el propio Tom que en una escena se ve en el derecho de poder exigir a Grace que mantenga relacines sexuales con él "como los demás" (que lo hacen chantajenado a Grace a cambio de no delatarla a sus perseguidores...).
¿Hasta qué punto la bondad y el altruismo se mantienen cuando el peligro para el pueblo aumenta?, ¿no cae el ser humano facilmente en empezar a cobrar una contraprestación cada vez mayor a cambio de esa bondad (contraprestación directamente proporcional al peligro que corre)?¿y la confianza en las personas...dónde se queda cuando eres tú mismo el que corre peligro?...nuevamente la condición humana.

La parte final de la película pone el colofón perfecto a la historia. Esta parte me pareció impecable, inmejorable. La conversación en el coche entre Grace y su padre (el ganster) no tiene desperdicio. Veo aquí nuevamente alguna alegoría bíblica (decidme si quereis que se me fue la olla): nuevamente Grace impartiendo justicia divina al más muro estilo del antiguo testamento. El pueblo ha tenido oportunidades (varias) de redimirse y no lo hizo es el momento del castigo.Grace es la figura de ese Dios bíblico (curioso que sea en una figura femenina) vengativo y justiciero del "ojo por ojo"; también veo reflejado ese Jesucristo compasivo pero que cae (por su condición humana) en la tentación de la venganza (¿habrá algo más humano que querer vengarse de quien te agrede?...).

En un momento de la conversación, Grace le dice a su padre "Si hay pueblo con el que el mundo sea mejor sin él, es éste" y así, dotada del poder que el padre le otorga, el castigo cae sobre el pueblo como aquellas plagas bíblicas sobre Egipto en el que ni los niños se salvaron, en este caso los hijos de la maestra sobreprotectora que tan mezquinamente se había portado con Grace.

Finalmente la propia Grace mata a Tom con ese frase contundente y rotunda "Hay cosas que debe hacer uno mismo", sin vacilación. (Reconozco que he disfrutado mucho con este final...)

Cabrían aquí dos puntos de vista: ¿justicia y cuenta saldada? o ¿nuevamente la condición miserable del Ser Humano vengándose y generando violencia?...(personalmente me decanto por el primero).

Curioso, que el único que obtiene la gracia (¿divina?) de Grace es el perro, el único que merece el perdón...Sí, porque con la frase de que el mundo será mejor sin ese pueblo también puede deducirse que el Mundo estaría mejor sin el Ser Humano, sólo los animales y la Naturaleza merecen permanecer en él.

Tengo una percepción bastante pesimista del Ser humano, lo reconozco.

Los créditos de la película están al final con la canción del gran Bowie "Young americans" cuya letra dice en una parte: "¿no estás orgulloso de seguir teniendo dos caras...?", con imágenes de fondo mostrando la gran miseria humana : ¡ Genial !

-PULGACROFT-


Joder Pulga tu entrada es buenísima, me parece que no añadiré nada porque si tengo las mismas impresiones punto por punto mejor no nos repetimos ¿no?. Peliculón. Una de las cintas de mi vida, así de rotundo lo escribo. La venganza es un plato que se sirve bien frío con Dogville. Apasionante, original a más no poder, teatral y absorvente de principio a fin, con tiza, sin muebles y como sea. Recomendadísima, y también, aunque un poco menos por el cambio de actriz, su secuela Manderlay. Espero que se opine porque estoy deseando recordarla en vuestros comentarios.

-CYLLAN-
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...