La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1988)

Hoy he vuelto a ver la que posiblemente es la película más triste que he visto jamás.
Y no he podido evitarlo, ha sido volver a ver ese comienzo sobrecogedor, y estremecerme y ponerme a llorar ante lo que sabía que estaba por venir...

La obra en cuestión es la tercera película realizada por el estudio Ghibli (aunque se estrenó en conjunto con "Mi vecino Totoro"), dirigida por "el otro" gurú del mismo, Isao Takahata, y basada en una historia original de Akiyuki Nosaka que al parecer está inspirada en su propia juventud.

Se han cumplido 25 años de su producción y, con tal motivo, ha sido reeditada en España. Y aunque ya me la había comprado en inglés el año pasado, harto de no encontrar la edición española en DVD por ningún sitio (pese a haberla regalado yo mismo en el pasado), es una de esas pequeñas obras maestras que merece la pena tener. Así que cayó hace una semana la reedición remasterizada en Español. Y bueno, es cierto que mejora la edición DVD que ya tenía, pero realmente no aporta nada nuevo más allá de su esperada reedición. Eso sí, se agotará, así que si alguien desea tenerla, que no deje de comprarla ahora.

La película nos sitúa en el Japón de finales de la Segunda Guerra Mundial, allá por 1945. Y narra la historia de Seita, de 14 años, y su hermana Setsuko, de 4, en su intento de subsistir, después de separarse del resto de su familia tras unos bombardeos en su ciudad de origen, Kobe.
Ahora bien, realmente, aunque los personajes están bien trabajados y todo se narra a través de sus ojos, y pese a ser inevitable encariñarse de ambos chiquillos y meterse en su piel viviendo cada momento, el trasfondo esencial de la película es una historia antibelicista que desnuda todas las miserias humanas desatadas en una guerra, centrándose en las vivencias de las víctimas en un sentido muy amplio. Un verdadero grito desesperado ante lo que supone dicha barbarie, y un terrible recuerdo de que, en este tipo de situaciones, lo peor de los seres humanos puede flotar y salir a la superficie.

La película no deja de tener cosas positivas, la relación entre los hermanos es muy bonita, y resulta realmente conmovedor el esfuerzo de Seita por proteger a Setsuko. Incluso en sus equivocaciones, desprende un cariño enorme hacia su hermana, y la inocencia de ésta hace que sea inevitable desear estar con ellos para protegerla.
Pero todo se sitúa en un marco muy duro, y si alguien pretende verla con sus hijos, mejor que tenga cuidado. La vivencia que se narra es desgarradora, y lo trágico predomina sobre cualquier mensaje de esperanza: es una película terriblemente descorazonadora, que precisa ser vista con cierta madurez.
Eso sí, personalmente, obligaría a verla en los colegios, a partir de la adolescencia, para hacer entender que el romanticismo bélico que desprenden tantas otras películas tiene siempre un terrible contrapunto en sus víctimas.

No quiero contar nada más, cualquier cosa que diga para describir lo que hace sentir esta película sería quedarme corto.
Y en realidad, no hay posibilidad de haceros un spoiler de la misma: es demasiado franca y directa para engañar a nadie, y enseguida nos deja claro qué es lo que podemos esperar... un verdadero puñetazo en el estómago, y una patada en el alma.

Un último consejo: muy recomendable, si podéis, vedla en japones... con sus subtítulos, claro. En la película original usaron a una niña real de 4 años para hacer de Setsuko, y hace que todo gane realismo y llegue aun más si cabe.

Para mí, un 9 en toda regla.