martes, 12 de marzo de 2013

Generation Kill

Generation Kill: Una guerra lenta

     En 2004, el periodista Evan Wright publicó un libro contando sus experiencias como reportero empotrado en un batallón de reconocimiento de marines durante la invasión de Iraq en 2003.
Cinco años después, en 2008, la HBO estrenó una miniserie de 7 capítulos, basada en ese libro y titulada como aquel: Generation Kill.

    Se supone que el objetivo de la HBO era producir una serie realista y que transmitiera autenticidad, y para ello contaron para el proyecto con los mismos escritores y productores ejecutivos de otra serie de calidad de la cadena: David Simon y Ed  Burns de TheWire. Y lo cierto es que el resultado final está bastante alejado de otras series bélicas como Band of  Brothers o The Pacific.



      Quien se acerque a esta serie que no espere ver ese tonillo épico y heroico de las series que he mencionado antes, esa mitificación de la guerra. No es que la serie sea pro-bélica, pero tampoco mitifica la gloria y la heroicidad de los soldados. Simplemente parece que trata de retratar las cosas como fueron: un grupo de soldados, entre los que hay bastantes negros y muchos latinos, es decir de clases bajas, que pasan sus ratos libres jugando a la Play Station o escuchando rap, y que no saben muy bien por qué están en medio de ese polvoriento país, ni tampoco se lo plantean demasiado. Y sobre todo que se aburren, se aburren la mayor parte del tiempo al ser un batallón de reconocimiento que raramente entra en acción.

      No quiero decir con ello que los soldados que retrata la serie (el libro no lo se porque no lo he leído, pero imagino que será lo mismo) sean todos unos descerebrados y unos insensibles. No, no es eso.

      De todo hay, desde gente sensata y responsable, hasta paletos devoradores de hamburguesas y costillas que no habían salido de su pueblo hasta que entraron en el ejército y que parece no diferenciar del todo sus misiones de un las de una partidita a un videojuego. Desde soldados a los que se les encoge un poco el alma cuando ven las condiciones de la población civil durante la invasión, hasta soldados a los que básicamente les importa una mierda. E igualmente entre los mandos: los hay presuntuosos e incompetentes, y los hay capaces que se preocupan por la seguridad de sus hombres y por no causar daños
ni pisotear los derechos de los civiles en un entorno en el que nunca sabes si un iraquí conduciendo un coche con el que te cruzas simplemente va corriendo para llegar al hospital o para lanzarte una granada al pasar al lado del convoy.

      También es cierto que la serie no entra en temas ni acciones de guerra escabroosas puesto que sigue a una unidad de reconocimiento, no de combate, ni de las tropas que quedaron tras la ocupación, es decir por un lado no tuvieron que enfrentarse abiertamente a los combates más importantes (van en vehículos ligeros y poco armados, en los Humvees, esto no es un batallón de tanques) y por otro lado no tuvieron que lidiar con la ocupación y las acciones terroristas de los insurgentes). No creo que esto sea por no tocar temas polémicos, sino simplemente porque se trata de las experiencias que le tocó vivir el periodista, que fueron estas y no otras.

   Fundamentalmente los protagonistas de Generation Hill son la tropa, es decir, los soldados, los cabos y sargentos que van a bordo de los Humvees fundamentalmente centrándose en tres equipos (6 vehículos) del segundo pelotón de una compañía concreta, la compañía Bravo, aunque a veces aparecen también miembros de otros pelotones o de otras compañías.
      Además, lógicamente, está el propio periodista empotrado, que es acogido dentro del equipo 1 de este segundo pelotón de reconocimiento, liderado por el personaje que interpreta Alexander Skarsgard, un sargento muy sensato y cuidadoso al que todos apodan Ice Man.



      Los miembros del  equipo se comportan con él más como una curiosidad y un posible estorbo que como un “espía” frente al cual hay que tener cuidado con lo que se dice, es decir más como un novato un poco patoso, y de hecho así lo tratan: en el primer episodio comete el error de enseñarles y prestar una foto de su novia, que va pasando de mano en mano durante toda la serie y que no vuelve a recuperar (la foto se revela muy útil para los soldados en la soledad de las largas noches de guardia).

      También vemos de vez en cuando a los oficiales y a los mandos, y sus acciones y comportamientos, que suelen salir bastante peor parados que la tropa. Desde un suboficial apodado por todos Mister Potato cuya máxima obsesión parece ser mantener “los estándares de higiene” de la compañía, (preocupándose por la longitud del bigote de los soldados, su afeitado, o las condiciones en las que se encuentre su casco de kevlar), hasta el errático comportamiento en el mando del capitán del tercer pelotón, que es un peligro público y al que todos apodan a sus espaldas el Capitán América.
      Sin embargo, por ejemplo, al mando de toda la compañía bravo se encuentra el capitán Craig “Encino Man” Schwetje, capaz y muy apreciado por sus hombres, y al que todos, incluido él mismo, se refierne como “El Hombre de Encino”, pues habla de si mismo en tercera persona.

      Como habréis podido intuír, si ves la serie, más te vale aprenderte los apodos de los personajes que sus
nombres reales. Y además dan mucho más juego. Por ejemplo, el superior al mando del primer batallón de reconocimiento es el teniente coronel Ferrando, al que todos llaman Padrino, porque tiene una característica voz ronca, baja y carraspeante, como si estuviera operado de la laringe.

      Pero lejos de las preocupaciones de los mandos, las de los soldados son mucho más pedestres: algunos están ansiosos por entrar en acción, otros temerosos de que hayan subestimado a las fuerzas iraquíes y no sean lo que han visto hasta ahora, otros deseando cumplir su periodo de servicio y regresar a casa, y otros simplemente preocupados por trapichear intercambiando latas de aceite de motor de los humvees por baterías para las gafas de visión nocturna: en el ejército más poderoso del mundo y dotados de los mejores medios, parece que los suministros de pilas para las gafas de visión nocturna siempre escasean.

       Evidentemente no he estado ni en Iraq ni en los marines, pero si creo que la serie respira un cierto ambiente de verosimilitud. No creo que la realidad, para esas unidades en concreto, fuera muy distinta de la que se retrata en la serie: muchas horas de aburrimiento a bordo del convoy de vehículos en constante comunicación por radio usando los indicativos de la compañía y el vehículo (perdí la cuenta de cuantas veces se dice en la serie “Hitman, hitman dos, aquí dos-uno…”), salpicados por alguna
escaramuza, o por momentos de tensión con los civiles, y con algún combate en una emboscada.

      Como a todo producto de la HBO, la calidad se le supone, y la ambientación está muy lograda. La banda sonora de la serie es casi inexistente. No hay sintonía, y básicamente música que suena es la que era
popular en aquellos años, desde Avril Lavigne hasta raperos como Dr. Dre o Tupac Shakur, y casi en su totalidad la canta a capella los propios actores en la escena.

       El resultado final es interesante, e incluso bueno si no te echa para atrás el género bélico, aunque como dije al principio, que nadie espere ver Band of Brothers, el Soldado Ryan (ambas bastante superiores por cierto) o algo parecido: ni heroicidades, ni atrocidades, ni grandes batallas… Esto más cómo un documental, un documental de una guerra “lenta”, no de acción, que muchas veces pretende ser aséptico (y que quizás por eso precisamente sea más crítico de lo que aparenta). En cierto sentido, más que a Salvar al soldado Ryan se parece a La delgada línea roja, pero no tan insufriblemente aburrida ni tan “filosófica”: los marines de Generation Kill no se comen tanto el tarro…



Seldon
(originalmente publicado en El Pobre(cito) Hablador)







3 comentarios:

  1. Acabé ya con 'Generation Kill'. Y en general estoy de acuerdo con tu reseña. Me parece una serie que rebosa autenticidad. De hecho si pienso en un batallón de reconocimiento en Irak seguramente me imagine algo muy parecido a lo que veo, y eso me encanta. Aunque no estoy de acuerdo contigo en las comparaciones. Me parece un producto bastante superior a 'Salvar al soldado Ryan' y poco peor que 'Hermanos de sangre'. En definitiva, una serie notable, con la que no me he aburrido casi en ningún momento a pesar de la ausencia de acción.

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  2. Me alegra que te haya gustado. ya somos 2. A ver si alguien más se anima a verla y comenta. Total, sólo son 7 horas.

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  3. Sí, pero es verdad que para ver 'Generation Kill' te tiene que gustar el género bélico. Yo considero que no es una serie "fácil" de ver.

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