Tan negra que deslumbra
Es difícil encuadrar ‘Relatos salvajes’ en algún tipo de género,
no solo porque las 6 historias que aparecen son independientes entre sí, sino
porque cada una de ellas, individualmente, es una mezcla de géneros. Si uno
busca un drama puro, seguramente saldrá decepcionado. Si busca una comedia,
puede que ni se ría. Si lo que se busca es un thriller, echará de menos
situaciones de más intriga. Si el mensaje moralista es su objetivo, dirá que no
hay seriedad en las situaciones. Pero si lo que busca es cine de verdad, o
simplemente no busca nada, puede que se encuentre todo lo anterior y mucho más.
Damián Szifrón nos presenta 6 relatos con una habilidad y
talento indudables. Puede que no sea cine “para todos”, pero los episodios
están tan bien escritos que es imposible no adorar el humor negro y la ironía
que invade cada uno de ellos. Todos, desde el relato introductorio hasta el
relato final, el de la boda, están impregnados de una mala hostia y mordacidad
perfectamente administradas, que nunca se sale de los límites. El director
argentino habla, entre otras muchas cosas, de la rabia contenida (1er y 2º
episodio), la igualdad de la naturaleza
del ser humano a pesar de la diferencia de clases (3er episodio), la necesidad
de la violencia ante un sistema “pasota” (4º episodio), el poder del dinero y
el peligro del mundo capitalista en el que vivimos (5º, y mejor –en mi
opinión-, episodio) o la hipocresía de muchos de los acontecimientos
socialmente establecidos (6º episodio). Se esfuerza por involucrarse en las emociones
primarias que desencadenan el salvajismo, pero nunca de una manera
excesivamente profunda.
Y, precisamente, la falta de profundidad es uno de los
argumentos que muchos usan para desacreditar el film. Realmente no hay una
profundización de los personajes, pero porque tampoco se pretende. Simplemente
se quiere contar “cuentos” que inviten a la reflexión, siempre desde una
perspectiva particular y con un sentido del humor tan oscuro que, a mí
particularmente, me fascina. Y es que en más de una ocasión descojonarse, a
pesar de la crudeza que rodea a las historias, es inevitable. Los dos últimos
episodios, una especie de tragicomedias, son los que más sacan a relucir esa
agudeza para provocar la risa en las peores situaciones.
Qué más decir. Véanla. Cine tan raro como bueno, tan
perturbador como interesante. Una recomendación segura.
NOTA: 8/10
--- Ballesta21 (BallestaV) ---