¡Tocadla otra vez, hermanos Coen!
Nadie puede negarle a los Coen un sentido visual y un don
para el cine fuera de lo normal. Aun siendo, a opinión de un servidor,
irregulares y distantes en las historias que cuentan, hay un factor común en
todas y cada una de sus películas: un uso de la cámara y la fotografía
incontestables. La creación de personajes que perduran en la memoria y diálogos
hilarantes son también ingredientes marca de la casa Coen. Y, como era de
esperar, en ‘A propósito de Llewyn Davis’ estos componentes están a la altura.

Sin embargo, ‘A
propósito de Llewyn Davis’ se desmarca de las anteriores obras de los
compañeros de sangre en la profundización y humanización del personaje
protagonista. El film cuenta la historia de un desventurado e infeliz Llewyn
Davis, al que no vemos siquiera sonreír en toda la película, que vive en la
cuerda floja del fin de mes, exhibiendo su talento para el folk en bares de
mala muerte en los que los aplausos suenan a derrota. Y el espectador entra a
formar parte de ese mundo, respirando el
mismo aire cargado que Llewyn y compadeciéndose por ese ser casi despreciable. Y
entre medias, como es habitual en el cine de esta pareja de cineastas, aparecen
personajes para el recuerdo (memorable, hilarante y desternillante escena la
del viaje a Chicago con un John Goodman gigantesco). Bien es cierto que no es
la primera vez que los hermanos dibujan en pantalla a sujetos destinados al
fracaso (‘El gran Lebowski’ o ‘Barton Fink’ son buenos ejemplos), pero en esta
ocasión, a su manera, buscan la conexión del espectador con las vivencias del
desdichado protagonista. Casi diría que tocan la fibra sensible desde la
tristeza que emana ese Llewyn hastiado con el mundo que le rodea. Y eso en los
Coen, acostumbrados a crear personajes igual de míticos pero menos íntimos, es
noticia. Una gran noticia. Tocad esa fibra otra vez, hermanos, ¡tocadla otra
vez!

Joel y Ethan. Ethan y Joel. Son geniales, una especie en
extinción en el mundo del celuloide. Pero a estas alturas no voy a descubrir yo
a los Coen. La verdadera cuestión es si ellos serán capaces de seguir
descubriéndose a sí mismos.
NOTA: 8/10
"Si nunca fue nueva ni nunca envejece es una canción folk".
--- Ballesta21 (BallestaV) ---